EDUARDO LONARDI

El 16 de septiembre de 1955, a tres meses del bombardeo de la Playa de Mayo, el golpe de Estado se consumó. Bautizado por sus protagonistas como “Revolución Libertadora”, contó con el respaldo de la sociedad civil y de algunos partidos políticos que se unieron con el objetivo de derrocar a Perón. De esta manera, el general Eduardo Lonardi asumió la presidencia el 23 de septiembre de 1955, bajo el lema de “ni vencedores ni vencidos”. Lonardi pretendía mantener la alianza entre militares nacionalistas y sindicatos, que fue característica del peronismo. A su vez, intentó mantener una buena relación con los sectores trabajadores, lo cual quedó expresado en su renuencia a intervenir la CGT, cuyas elecciones autorizó. La CGT, por su parte, mostró una actitud conciliadora hacia el nuevo gobierno, que fue duramente condenado por Perón desde el exilio. Aunque para el presidente de facto era posible construir un “peronismo sin Perón”, esta visión no era compartida por las demás fracciones del Ejército. Por eso, el 13 de noviembre, por presión de la Marina, Lonardi fue reemplazado por el general Pedro Eugenio Aramburu.

Eduardo Ernesto Lonardi falleció poco después de dejar la presidencia en 1956. Tras un breve período de trabajo como agregado militar en la embajada argentina en Washington DC. Hoy en día, sus restos descansan en el Cementerio de La Recoleta​. Actualmente, hay calles en distintas localidades de la Argentina, como San Isidro (Buenos Aires), Florencio Varela y Cañada Rica (Provincia de Santa Fe) llevan el nombre de “Teniente General Eduardo Lonardi”.